Juan Arias de Ávila y González, más conocido como Juan Arias Dávila (h. 1436, Segovia – 1497, Roma) fue un político y eclesiástico español nombrado obispo de Segovia, protonotario apostólico y del Consejo Real de Enrique IV de Castilla y los Reyes Católicos.
esde niño fue educado para ingresar en la carrera eclesiástica, costumbre de la época reservada a los hijos menores, y las primeras enseñanzas las recibió en su casa familiar. Se trasladó a continuar con sus estudios en la Universidad de Salamanca.
En 1461 el Papa Pío II y a petición de Enrique IV, le nombró obispo de Segovia, pero sus 24 años de edad le imposibilitaron acceder al cargo hasta los 28, por lo que fue nombrado primeramente administrador de la diócesis de Segovia, cargo que ocupó hasta 1466, cuando adoptó la dignidad episcopal, perteneciendo entonces también al Consejo Real. Su actividad en el obispado se centró en cuatro puntos importantes: reforzar la autoridad episcopal, controlar el cabildo catedralicio, consolidar el señorío episcopal y reformar el clero de la diócesis, para lo cual celebró tres sínodos: el primero en Aguilafuente en 1472, el segundo en el palacio episcopal en 1478 y el tercero en Turégano en 1483. De ellos destaca el primero, cuyas conclusiones fueron recogidas en un Codex Canonum y posteriormente impresas por Juan Párix ese mismo año en el Sinodal de Aguilafuente, primer libro impreso en España.
Puso gran interés en hallar los restos de San Frutos, patrón de la diócesis, que la tradición aseguraba estaban enterrados en alguna parte de la catedral, pero estaban perdidos desde hacía siglos. Finalmente fueron hallados, y la reliquia se sigue venerando en la actualidad en la iglesia catedral. Además, durante su obispado encargó a Juan Guas el claustro para la antigua catedral de Santa María, trasladado posteriormente a la actual.
En 1490 el Tribunal de la Inquisición inició un proceso contra sus padres y su abuela materna, Catalina González. Intentó detenerlo sin éxito, pues los fundamentos del proceso fueron sólidos y los Reyes Católicos se mantuvieron al margen a pesar de la amistad que les unía, hecho que el obispo vio como una ofensa. El proceso salpicó a gran parte de la familia, y Juan Arias desenterró a sus padres para evitar que los huesos fuesen quemados por la Inquisición y se trasladó en 1490 a Roma para intentar detenerlo. Consiguió la absolución para sus padres y su abuela del delito de herejía.
Durante su obispado se observa un importante esplendor artístico y cultural en la diócesis, destacando sobre todo la llegada de la imprenta a España. En 1469 comisionó al deán Juan López para que el tipógrafo Juan Párix se instalase en Segovia, y en 1472 consiguió imprimir el primer libro en España, el denominado Sinodal de Aguilafuente, una recopilación de actas y documentos del sínodo provincial que celebró en la iglesia de Santa María de Aguilafuente en los primeros días del mes de junio del mismo año. Además de esta obra, Juan Párix imprimió bajo el amparo del obispo Arias Dávila en Segovia otras ocho obras, todas ellas de carácter jurídico y derecho canónico.
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