lunes, 25 de septiembre de 2017

SEGOVIA Y ANTONIO MACHADO. CURIOSIDADES LITERARIAS



Segovia siempre ha cautivado a cuantos en ella han vivido y no podía ser menos con el personaje que hoy tratamos.
Junto a la fuente que remata uno de los puentes que cruza el río Eresma a su paso por la alameda del Parral, podemos encontrar una sencilla inscripción que reza:




En Segovia, una tarde, de paseo 

por la alameda que el Eresma baña, 
para leer mi Biblia 
eché mano al estuche de mis gafas 
en busca de ese andamio de mis ojos  
                              mi volcado balcón de la mirada”. 

Antonio Machado, 1919 




"Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla", es uno de los versos más recordados de D. Antonio Machado, andaluz universal, poeta y escritor, recordado caminante sin camino de la generación del 98 que pasó en nuestra ciudad una parte de su vida, quizá la más prolífica en cuanto a creación literaria, desde 1.919 a 1.932.



Llega a Segovia para ocupar la cátedra de francés del Instituto Mariano Quintanilla, y desde su llegada a la ciudad, donde conoce a diversos literatos y poetas como Julián María Otero (autor de Segovia, itinerario sentimental, del que hablaremos en otra ocasión)  participa activamente en su vida política y cultural.

Durante su estancia en Segovia vive en calle Desamparados, en el barrio de las Canongías, en la pensión regentada por doña Luisa Torrego, que ha llegado conservada hasta nuestros días y es, actualmente, la Casa-Mueso de Antonio Machado, una visita obligada para todos los que lleguen a nuestra ciudad.

Parte de su obra más importante es publicada durante los años aquí vividos; Soledades, galerías y otros poemas, en 1.919; Nuevas canciones, en 1.924.
Destacamos también en esos años dos obras teatrales escritas junto a su hermano, Manuel; Las adelfas y cómo no, La Lola se va a los puertos, en 1.929, donde  nos cuenta la historia de un padre y un hijo que se enamoran de la misma mujer.
Su ferviente republicanismo y  defensa de la misma le llevaron en 1.931, después de las elecciones municipales a salir al balcón del Ayuntamiento de Segovia enarbolando la bandera tricolor, suceso que marcaría para siempre el devenir de su vida.
Aquellas horas, Dios mío, tejidas todas ellas con el lino más puro de la esperanza, cuando unos pocos viejos republicanos izamos la bandera tricolor en el Ayuntamiento de Segovia!…”  
Fue un 22 de febrero de 1.939, frío y lluvioso, en Colliure, el pequeño pueblito del sur de Francia, cuando cansado y desgastado por la enfermedad y el dolor de una España rota, en que muere Antonio Machado tal y como había predicho mucho antes: 


 “Y cuando la hora llegue del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,

me encontraréis a bordo ligero de equipaje,

casi desnudo, como los hijos de la mar.”


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domingo, 17 de septiembre de 2017

SEGOVIA Y LAS GREGUERIAS DE DON RAMON

Continuando con la serie de publicaciones CURIOSIDADES LITERARIAS, no podemos olvidarnos de un personaje que de niño se enamoró de nuestra ciudad y la tuvo siempre en su pluma.
Cayó en la ciudad de Segovia, allá por el año 1914, pues su padre ocupó la plaza de registrador de la propiedad, y vivieron en una casa muy cerca de la Plaza Mayor, en lo que hoy es sede de la Junta de Castilla y León en la Plaza de la Merced. Aunque estudió leyes, su verdadera vocación era la literatura, así escribió teatro, novela, ensayo, artículos periodísticos, de todo, salvo poesía.
Una obra extensa, entre la que voy a destacar, por estar dedicada a nuestro más famoso monumento, el secreto del Acueducto, en el que pone en boca de don Pablo, hombre sesentón y acomodado todas esas greguerías -humorismo más metáfora-, acerca del monumento mas célebre de Segovia, reflejando, además ese carácter tan particular de nuestras gentes. "No es comadreadora. Vive de sí misma, sin comercio con nadie. Come sólo pan candeal".Además en esa obra nos hace ver la forma de vida, un tanto pesimista, en nuestra ciudad en aquellos años  "En la Segovia que está en los umbrales de la modernidad, «bajo toda la dignidad de la fachada, en la gran reserva del fondo alguien no come»". 

Sorprende cómo retrata, en tono humorísitico pero con gran crudeza el carácter de los segovianos.

Recordamos, sólo como ejemplo una de las más acertadas greguerías sobre nuestro monumento más emblemático.
«la luna lo enhebra constantemente, lo ha enhebrado miles de veces, tanto que quizás eso ha servido para coserlo al cielo, para darle estabilidad» o aquella que simplemente dice «El aire puro de Segovia está filtrado por el Acueducto»

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sábado, 9 de septiembre de 2017

SEGOVIA Y EL ARCHIPRESTE DE HITA. CURIOSIDADES LITERARIAS

Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, famoso por ser el autor del celebrado Libro del Buen Amor" entre otros, nos narra en este las aventuras, más bien desventuras que le suceden cuando intenta pasar desde las provincias limítrofes para llegar a Segovia, por aquellos caminos de Dios y cómo las "serranas" que se interponen en su camino intentan y en muchos caso lo consiguen cobrar "peaje" a tan ilustre caminante. No lleva el arcipreste dinero en la faltriquera, así que, a veces las recias serranas le dejaban pasar tras haber conseguido de él algún "favor" o la promesa de volver a ellas con alguna fruslería.



Algunos autores relacionan estos versos con su estancia del arcipreste, precisamente en el mirador del Postigo del Consuelo, donde podemos ver una placa de piedra conmemorativa a Juan Ruiz.

"Después de esta aventura fuime para Segovia/ y no para comprar a la chata una joya/ para ver la costilla de la serpiente groya/que mató al viejo Rando, según dicen en Moya".

 Quiero dejaros aquí un fragmento de la "Cantica de la serrana de Malangosto", paraje segoviano en el que desde hace mucho tiempo se celebra la romería del mismo nombre, rememorando además a Jaime Alpens, andariego segoviano que la recuperó.


Pasando yo una mañana/ el puerto de Malangosto
asaltóme una serrana/ tan pronto asomé mi rostro.
-“Desgraciado, ¿dónde andas?/ ¿Qué buscas o qué demandas
por aqueste puerto angosto?”/ Contesté yo a sus preguntas:
-“Me voy para Sotos Albos”/ Dijo: -“¡El pecado barruntas
con esos aires tan bravos!/ Por aquesta encrucijada
que yo tengo bien guardada,/ no pasan los hombres salvos.”
Plantóseme en el sendero/ la sarnosa, ruin y fea,[...]


y me dio hoguera de encina,/ mucho conejo de Soto,
buenas perdices asadas,/ hogazas mal amasadas
y buena carne de choto./ De vino bueno un cuartero,
manteca de vacas, mucha,/ mucho queso de ahumadero,
                       leche, natas y una trucha;[...]
Observóme la pastora;/ dijo: –“Compañero, ahora
creo que voy entendiendo”./ La vaqueriza, traviesa,
dijo: “Luchemos -un rato,/ levántate ya, de priesa;
quítate de encima el hato” / Por la muñeca me priso,
tuve que hacer cuanto quiso/ ¡creo que me fue barato!

Se propuso, allá por el año 1.974 una RUTA DEL ARCIPRESTE,iniciándose en Somosierra y pasando por el puerto de Lozoya, Malangosto, Sotosalbos, Valdevacas, Riofrio, Ferreros (Otero de Herreros), puerto de la Fuenfría, Valsaín, Campo Azálvaro (El Espinar) para terminar en Tablada.







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martes, 5 de septiembre de 2017

SEGOVIA Y DON QUIJOTE. CURIOSIDADES LITERARIAS

 Después de cruzarse con esta fúnebre comitiva que algunos estudiosos no dudan en afirmar que se trata del traslado de los restos de san Juan de la Cruz, a escondidas en contra de la voluntad de los hermanos carmelitas andaluces, desde Baeza a Segovia donde actualmente reposan los restos del místico, D. Quijote decide en este capítulo que su sobrenombre, con el que pasar a los libros de caballerías, sea el de "el caballero de la Triste Figura".
También nos narra Cervantes como son unos socarrones pelaires segovianos los que -tras salir don Quijote de la venta que creía castillo sin abonar la cuenta-, mantean a Sancho hasta dejarle sin aliento. 
Pero esa es otra historia...

En una capilla en el interior del Convento Carmelita de san Juan de la Cruz, junto al santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla, la iglesia de la Vera Cruz y la iglesia de san Marcos, a los pies del alcázar de Segovia, se veneran los restos del místico escritor amigo de santa Teresa de Jesús a la que ayudo en sus fundaciones; no en vano el 19 de marzo de 1574, la santa de Avila fundó en Segovia el convento carmelita de san José, en la plaza de la Merced, muy cerca del Alcázar de nuestra ciudad.


Aquí dejo un fragmento del capítulo XIX, De las discretas razones que Sancho pasaba con su amo, y de la aventura que le sucedió con un cuerpo muerto, con otros acontecimientos famosos.

Yendo, pues, desta manera, la noche oscura, el escudero hambriento, y el amo con ganas de comer, vieron que por el mismo camino que iban venían hacia ellos gran multitud de lumbres, que no parecían sino estrellas que se movían.
Pasmóse Sancho en viéndolas, y Don Quijote no las tuvo todas consigo: tiró el uno del cabestro a su asno, y el otro de las riendas a su rocino, y estuvieron quedos mirando atentamente lo que podía ser aquello, y vieron que las lumbres se iban acercando a ellos, y mientras más se llegaban, mayores parecían, a cuya vista Sancho comenzó a temblar como un azogado, y los cabellos de la cabeza se le erizaron a Don Quijote, el cual, animándose un poco, dijo: Esta sin duda, Sancho, debe de ser grandísima y peligrosísima aventura, donde será necesario que yo muestre todo mi valor y esfuerzo. [...]Deteneos, caballeros, quien quiera que seáis, y dadme cuenta de quién sois, de dónde venís, a dónde vais, qué es lo que en aquellas andas lleváis, que, según las muestras, o vosotros habéis fecho, o vos han fecho algún desaguisado, y conviene y es menester que yo lo sepa, o bien para castigaros del mal que ficisteis, o bien para vengaros del tuerto que vos ficieron.[...]
Harto rendido estoy, pues no me puedo mover, que tengo una pierna quebrada; suplico a vuestra merced, si es caballero cristiano, que no me mate, que cometerá un gran sacrilegio, que soy licenciado y tengo las primeras órdenes. ¿Pues quién diablos os ha traído aquí, dijo Don Quijote, siendo hombre de iglesia? ¿Quién, señor? replicó él caído. Mi desventura. Pues otra mayor os amenaza, dijo Don Quijote, si no me satisfaceis a todo cuanto primero os pregunte. Con facilidad será vuestra merced satisfecho, respondió el licenciado; y así sabrá vuestra merced, que denantes dije que yo era licenciado, no soy sino bachiller, y llámome Alonso López; soy natural de Alcovendas, vengo de la ciudad de Baeza con otros once sacerdotes, que son los que huyeron con las hachas, vamos a la ciudad de Segovia, acompañando un cuerpo muerto que va en aquella litera, que es de un caballero que murió en Baeza, donde fue depositado, y ahora como digo, llevábamos sus huesos a su sepultura, que está en Segovia, de donde era natural.
¿Y quién le mató? preguntó Don Quijote. Dios, por medio de unas calenturas pestilentes que le dieron, respondió el bachiller.
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